
DISERTANTES:
– Mg. Paulo Falcón: Ex Director Nacional de Gestión en la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación. Miembro del Consejo de Gobierno de IESALC – UNESCO.
– Dra. Griselda Guarnieri: Coordinadora Sistema Institucional de Educación a Distancia y Directora del Campus Virtual de la UNR.
– Ing. Qco. Luis Raúl Feraboli: Secretario del Colegio de Ingenieros Especialistas
– Dr. CP Sergio M. Roldán: Presidente del CPCE Santa Fe Cámara II
Reseña:
Quizá suene aventurado decirlo, pero muy probablemente el 2020 pueda ser un año bisagra en la historia de la humanidad. Si hace 30 años, con la caída del Muro daba comienzo un proceso de globalización que trajo consigo profundas modificaciones sociales, culturales y económicas, hoy nos encontramos ante la incertidumbre de cómo serán los años por venir. La llegada del Covid-19 nos mostró cuán vulnerable somos, y cuán endeble es ese castillo de naipes construido por el capitalismo. Nadie quedó a salvo. Los países más desarrollados del mundo comprobaron de la manera más amarga lo escuálidos que resultaron ser sus sistemas de salud, una afrenta al capital especulativo que entiende a la salud como un gasto y a susmayores como unacarga. Por otro lado, desde nuestra región vemos cómo el virus ha desnudado las enormes falencias estructurales que desde hace décadas arrastran nuestros países. La informalización de vastos sectores de la economía, la deteriorada calidad de vida de la mayoría de nuestros jubilados y pensionados, con ingresos que en muchos casos orillan la línea de pobreza y el hacinamiento en muchos de los grandes conglomerados urbanos del país, con las consabidas dificultades en el acceso al agua potable y el resto de servicios básicos ha incrementado las consecuencias del virus.
Y en este contexto, nos encontramos con los desafíos de encontrar soluciones innovadoras ante nuevos problemas. El sistema educativo en todos sus niveles es - quizá - la institución que mayor continuidad ha encontrado en nuestro país. El acceso a una educación pública, gratuita y de calidad se ha sostenido aún en los peores momentos, superándose por el camino numerosos obstáculos. Sin embargo, el sistema educativo enfrenta hoy un nuevo desafío. La virtualidad tan mentada, esa que siempre se pensó de forma complementaria, es en estos momentos la única opción posible. Un cuatrimestre, quizá un año sin presencialidad para decenas de miles de estudiantes y docentes. Un escenario inédito. El salto para el que nos veníamos preparando se produjo de forma obligada, sin más preámbulos y con la necesidad de tener que abandonar en muchos casos la zona de confort. La educación pública debía dar respuesta. La Universidad Pública debía dar respuesta. De forma responsable, profesional, solidaria, creativa e innovadora, con el aporte y compromiso de sus docentes, con el esfuerzo por adaptarse de parte de sus estudiantes. De pronto nuevas puertas se abrieron. Nuevas posibilidades de pensar los procesos de enseñanza-aprendizaje. Hablamos de prospectiva una vez atendida la urgencia, de cambios que vayan mucho más allá de ser simples remedo, sino que ayuden a mejorar significativamente procesos que venían mostrando signos de desgaste. De esta forma, a través de la inversión en recursos y la multiplicación de las plataformas tecnológicas, se puede pensar que la incorporación de la virtualidad llegó para quedarse, lo que abre una serie de interrogantes de cara al futuro pero también despierta entusiasmo por las nuevas alternativas que esto representa. En este sentido, se hace necesario pensar en instancias de debate acerca de cómo la Universidad Nacional de Rosario se posicionó frente a esta situación excepcional y de qué manera imaginan el futuro los actores que la componen.
Sin embargo, en realidades como las nuestras en las que el acceso a internet no se encuentra debidamente garantizado y existen enormes desigualdades enel acceso a la misma, surgen los primeros inconvenientes. Es necesaria una discusión en este sentido, poniendo en relieve la aún mayor necesidad que hoytenemos de acceso a la red de redes, casi tan indispensable como el acceso al agua potable.
Una profundización de la brecha tecnológica no hará más que coartar las posibilidades de acceso a la educación de amplios sectores, no ya al nivel universitario sino incluso al nivel inicial, por lo que es necesario que el Estado se haga presente para poder diseñar políticas tendientes a reducir esa brecha, en busca de una necesaria igualdad de oportunidades.